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Bibliografía Comentada

¿Qué es el virus del papiloma humano (VPH)?
Dra. Ma. Antonieta Annunziato. Internista - Infectólogo
Médico adjunto de BANDESIR: www.bandesir.org
Investigaciones Clínicas. BIOCONTROLLED www.biocontrolled.com

El VPH es un virus de la familia Papovaviridae que pertenece al género Papillomavirus; su genoma esta formado por una molécula de ADN circular de doble hebra; existen cerca de 216  tipos de VPH de los cuales 70 están asociados con cánceres ano-genitales. (leer más)

Strategic Advisory Group of Experts. WHO position paper

World Health Organization. Wkly Epidemiol Rec 2009; 84: 220-236

El Strategic Advisory Group of Experts (SAGE) se reunió en Ginebra los pasados días 6, 7 y 8 de Abril de 2009 al objeto de discutir asuntos relacionados con las vacunas e inmunizaciones. Tras hacer un repaso de la situación de las enfermedades prevenibles por vacunación en las distintas regiones de la OMS, los datos más significativos fueron los siguientes:

Erradicación de la poliomielitis: a) se están haciendo importantes progresos en Nigeria y en Pakistán, b) las recomendaciones de la International travel and health care ya recogen la vacunación al entrar o salir de países endémicos, c) se publicará un Position Paper en 2010 en el que se recomendará la VPI en países subdesarrollados para 2011.

Hepatitis B: a) el SAGE recomienda que en el próximo Position Paper se recomiende para todos los países del mundo la vacunación en las primeras 24 horas tras el parto, seguida esta dosis de 2 ó 3 más según las circunstancias, b) no existen indicaciones para administrar dosis de recuerdo en los programas rutinarios de vacunación.

Sarampión: a) el SAGE recomienda que en el próximo Position Paper se añada una segunda dosis a los programas nacionales de los países que hayan superado una cobertura con la primera dosis igual o superior al 80% durante 3 años consecutivos. La edad de esta dosis dependerá de la situación nacional de la trasmisión.

Rotavirus: a) tras revisar la evidencia el SAGE recomienda la inclusión de la vacuna en los programas nacionales de vacunación, especialmente en aquellos en los que las muertes por diarrea contabilicen más del 10% de los fallecimientos en los menores de 5 años, b) se puede administrar conjuntamente con VPO y DTP y en niños VIH positivos, c) la primera dosis se recomienda entre las 6-15 semanas y con una edad máxima para la tercera dosis de 32 semanas.

Transmisión de las enfermedades Virales.
Reina J. Vacunas 2009; 10:16-20


Trabajo de revisión sobre los mecanismos de transmisión de la gripe, dado que a pesar de la elevada prevalencia de las infecciones gripales durante las diferentes temporadas gripales, todavía no hay un conocimiento definitivo de los posibles mecanismos de transmisión entre personas de estos virus. La mayoría de los datos provienen de estudios experimentales controlados en animales o del análisis epidemiológico de algunos brotes en espacios cerrados, como cruceros, aviones, escuelas o residencias de ancianos. En principio, y de acuerdo con diferentes estudios epidemiológicos y experimentales, debe aceptarse que la gripe humana y animal se puede transmitir por 3 mecanismos no excluyentes: contacto directo con secreciones (frecuente), contacto indirecto con elementos contaminados (infrecuente) y través de gotas grandes (muy frecuente) durante la tos o el estornudo.

Sin embargo, en los últimos años, han aparecido estudios contradictorios sobre la capacidad de los virus gripales para transmitirse a través de los aerosoles. La contribución relativa de los aerosoles en la transmisión de la gripe en los brotes epidémicos es desconocida aunque intuida. No hay suficiente evidencia de que la gripe se propague y disemine a grandes distancias del foco emisor, ni que lo haga a través de los sistemas de ventilación. Podría postularse la existencia de mecanismos distintos de transmisión eficiente de la gripe entre las zonas tropicales y el resto.

En las zonas tropicales predominaría el mecanismo del contacto directo, lo cual obliga a la existencia durante todo el año de personas infectadas, mientras que en el resto de las zonas el principal mecanismo serían las gotas y los aerosoles respiratorios que, al verse afectados intensamente por los cambios de temperatura y humedad relativa, determinarían que la gripe sólo se presentara en los meses en los que las condiciones ambientales fueran las más favorables para facilitar la eficiencia del proceso de transmisión entre personas.

Human papillomavirus vaccines. WHO position paper.
World Health Organization. Wkly Epidemiol Rec 2009; 84: 118-131

Tras pasar revista a la epidemiología de las enfermedades causadas por el virus del papiloma humano (VPH), a las características del virus, a la inmunología, a la patología y al diagnóstico de las lesiones, y a describir las dos vacunas actualmente comercializadas que evitan la infección por el virus, la OMS marca su postura acerca del uso de las vacunas.

Reconoce la importancia del cáncer cervical y entidades relacionadas como un problema de salud pública y recomienda que la vacunación rutinaria se incluya en los calendarios de vacunación de los países siempre que se tenga en cuenta lo siguiente: la prevención del cáncer cervical supone una prioridad de salud pública, su introducción sea factible desde la perspectiva programática, se asegure su financiación sostenible y se tenga en cuenta en esa Región l coste/efectividad de la vacunación. La vacuna es más eficaz cuando se administre a niñas naive a los genotipos del virus, esto es, entre los 9-10 años y los 13, que debiera ser la población diana primaria de los programas de vacunación. Debiera, además, en estas edades, priorizarse unas altas coberturas de vacunación. Una población diana secundaria estaría constituida por mujeres adolescentes y por mujeres jóvenes siempre que: sea factible, coste/efectiva, no detraiga recursos de vacunación de las niñas o de los programas de screening, y siempre que una significativa proporción de esta población sea probablemente naive a los tipos vacunales de VPH. No se recomienda la vacunación en varones ya que una cobertura superior al 70% en niñas es más coste/efectiva para reducir el cáncer que incluir a los varones en los programas de vacunación.

La elección entre las dos vacunas existentes deberá basarse en: el problema de salud prevalente específico relativo al VPH, el tipo de población para el que se ha aprobado la vacuna, los datos de eficacia de la vacuna según las patologías y en la seguridad de las vacunas en la población seleccionada, además de en el precio, garantía del suministro y cadena de frío. No se dispone de datos de intercambio entre preparados y además tienen características distintas en base a la composición e indicaciones. Es por ello que debe de procurarse que reciban siempre el mismo preparado para completar la serie, aunque si no se dispone de alternativas puede utilizarse cualquiera de ellas para completarla.

Una vez introducida deberán de ponerse en marcha los mecanismos pertinentes para: medir coberturas, monitorizar la seguridad, medir la prevalencia de los genotipos, medir la incidencia de anomalías cervicales y la incidencia y mortalidad de los cánceres invasores y lesiones precancerosas

Use of an observational cohort study to estimate the effectiveness of the New Zealand group B meningococcal vaccine in children aged under 5 years.
Yvonne Galloway, Paul Stehr-Green, Anne McNicholas and Jane O’Hallahan. Int J Epidemiol 2009; 38 (2): 413-418

En julio de 2004, se introdujo en Nueva Zelanda una vacuna cepa-específica para combatir una epidemia de enfermedad por meningococo B. Los autores estiman la efectividad de la vacuna en niños de edad pre-escolar, mediante un análisis de cohortes que incluye a todos los niños de Nueva Zelanda que tuvieran entre 6 meses y 5 años en el momento en que la vacuna estuvo disponible para este grupo de edad en el área correspondiente. Definieron caso como niño diagnosticado con la cepa epidémica confirmada por laboratorio. Calculan el número de personas/día a riesgo utilizando datos provenientes del Registro Nacional de Vacunación. Estiman la efectividad vacunal como 1-riesgo relativo. Los niños completamente vacunados tuvieron una probabilidad de cinco a seis veces menor de contraer una enfermedad por la cepa epidémica en los 24 meses siguientes a ser elegibles para recibir una pauta completa de vacunación, lo que corresponde a una efectividad vacunal del 80% (95% CI: 52.5–91.6) para los niños de edad entre 6 meses y 5 años y del 84.8% (95% CI: 59.4–94.3) para niños de edad entre 6 meses y 3 años. Con más de 3 millones de dosis administradas a personas con edad menor de 20 años en toda Nueva Zelanda, los autores concluyen que la evidencia procedente de los ensayos clínicos de Fase I y Fase II, la epidemiología descriptiva de la enfermedad meningocócica y este estudio, proveen de la evidencia que soporta la efectividad de esta vacuna en los dos años siguientes a la vacunación.

Serum cross-reactive antibody response to a novel Influenza A (H1N1) virus after vaccination with seasonal Influenza vaccine.
CDC. MMWR Weekly 2009 / 58 (19); 521-524

Se trata de un estudio de los CDC para la detección de posibles niveles de anticuerpos de actividad cruzada frente al nuevo virus Influenza A (H1N1), generados por vacunaciones frente a la gripe estacional administradas los 4 años previos (2005-2009). En niños, vacunados con vacunas trivalentes inactivadas parenterales (TIV) o con la vacuna atenuada inhalada (LAIV), no se detectaron respuestas positivas. En la población de18 a 64 años de edad que recibieron la TIV, se detectó un leve incremento de anticuerpos frente al nuevo virus A, comparado con un incremento 12 a 19 veces superior frente a las cepas H1N1 estacionales. En los >60 años no se apreció ningún incremento. Estos datos sugieren que la recepción reciente de vacunas antigripales estacionales es improbable que se traduzca en respuestas protectoras frente al nuevo virus Influenza A (H1N1). Aunque en determinados grupos de adultos previamente vacunados con TIV se apreció un pequeño incremento de de anticuerpos frente al nuevo virus, posiblemente consecuencia de contactos anteriores a determinadas cepas de virus gripales, se desconoce si puede traducirse en algún nivel de protección. Estos resultados se explicarían por la sustancial diferencia genética del nuevo virus de origen porcino respecto a los estacionales previos.